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El_Druso

Knowing the Chilean Land, a tragicomic travel book by Ginebra Morales

"Se llamaba Ginebra, su madre le habia puesto así despues de leer el Rey Arturo durante su embarazo... Un nombre extraño que a la madre no le parecio importante dada la frialdad y extrañeza con lo latino de las gentes de esa Isla Polinesica donde ella se fue a vivir a principios del siglo XXI, apenas supo que estaba embarazada.

"El mundo esta podrido, no voy a atar a mi hija a un sistema que va camino al desastre"

Así, presa del discurso apocaliptico de la era Bush, Macarena tomó sus ahorros, su ropa, muchas medicinas y se fue a vivir a una Isla Polinésica donde los indigenas esuchaban en sus radios canciones tradicionales rusas y J-Pop que les llegaba por rebote de unas plataformas petroleras abandonadas unos pocos nudos mas al norte.

Ginebra fue asistida en su parto por una partera que apenas nacida la envolvió en una toalla que decia Saltos del Laja, recuerdo que su madre habia traido desde Chile.

Ginebra creció corriendo por la playa junto a sus amigos indigenas mientras su madre trabajaba enseñandole computación a los indigenas para una ONG que le enviaba un cheque en barco una vez al semestre. Todas las tardes Ginebra volvia de la playa con sus amigos y se quedaban viendo peliculas de Disney en la televisión, mientras afuera las olas chocaban en los roquerios y se sentia el aroma dulzón de la vegetación polinesica.

Pasó un tiempo y su madre conoció a un indigena que habia vuelto a la isla despues de estudiar agronomia en nueva zelanda, hablando en isleño y en inglés se enamoraron rapidamente y se construyeron una choza con energia solar en una de las rocas.

Ginebra iba creciendo y cada vez mas la vida se le hacia mas natural, noticias tremendistas llegaban por las radios y la televisión satelital, gracias al Internet conoció a mucha gente a la distancia y le contaron por MSN cada crisis, cada hecatombre que la prensa anunciaba, y con la misma parsimonia con la que se daba sus primeros besos con un amigo nativo mirando el vuelo de los papagayos, iba leyendo y dandose cuenta de que en realidad "el mundo incivilizado" como le llamaba su madre era en realidad un hervidero gigante de personas que vivian para cosas que le parecian algo absurdas, algo misteriosas y algo interesantes... Su Madre tanteaba el mar como subia un centimetro cada dos años y auguraba cosas terribles mientras las noticias de sequias y pestes se sucedian con la misma parsimonia de los emocionantes finales de los campeonatos de futbol o las predecibles elecciones de presidentes en las potencias.

Ginebra vió muchas cosas y cuando a los 14 años el ferry a las islas mas grandes comenzó a andar tres veces por semana (con el respectivo aumento de los turistas que eso significó) sus escapadas con amigas a las maravillas civilizadas se hicieron cada vez mas frecuentes, asi hasta que a los 13 años se fue a estudiar la secundaria a Nueva Zelanda.

Ginebra ya era una adolescnte y la vida del mar, los relatos al fuego y los papagayos volando a la luz del atardecer se habian vuelto algo tan natural para Ginebra que Nueva Zelanda le pareció sensacionalmente nuevo, con sus rascacielos y modo de vida disciplinado y ordenado, Ginebra se deslumbró con el estado de Bienestar de Nueva Zelanda, y solo con los años se fue dando cuenta de que la falta de bosques era una realidad en otros lados, aun cuando en Nueva Zelanda los paisajes fueran siempre maravillosos.

Ginebra estudiaba Antropologia y le parecia fascinante (al igual que a sus profesores) el entendimiento cruzado que se podia hacer entre la cosmovisión de su aldea y la semiologia clásica occidental, un tema académico que le permitió estudiar el doctorado mientras hacia estudios de Género, y en las noticias siempre las cátastrofes se sucedian lejos, y las costas se hacian mas altas, pero nunca tanto... Salvo algunas islas, Ginebra sabia que algo pasaba, pero en realidad su vida transcurria armoniosa.

Un dia junto a su madre viajó a conocer Chile, la lejana primera Patria de su madre, de donde habia traido la toalla del Salto del Laja que la habia cobijado de pequeña.

Lo que vió en Chile, lo que sintió en Chile, las personas que conoció en Chile y todo lo que ocurrió fue un relato de viaje maravilloso que mas tarde Ginebra escribió y eventualmente (tras pasar de mano en mano entre sus amigos de la universidad) fue publicado en inglés con fotografias ajenas en un pequeño tiraje que se volvió de culto entre los coleccionistas de cosas bizarras.

Y es que el libro comenzaba asi:

"Me llamo Ginebra"
My name is Ginebra I reply to the taxi driver, he looks at me for the rearview mirror, and says.
"Sha, el nombrecito ah?"
The driver says.

Sobre lo demás es mucho lo que se puede hacer notar, como el especial enfasis que Ginebra pone en el monopolio del Pino en los bosques de la cordillera de la costa y su mordaz ironia con respecto al funcionamiento del intrincado sistema de lineas del metro, todas cosas que habrian sido muy interesantes para alguien de principios de siglo dado los sutiles cambios que transformaron a Chile en la decada del 20, pero que para todos los lectores de esta primera edición en español sobra repetirlos.

Ginebra actualmente reside en Nueva Zelanda y trabaja en la ONG de Agro Systems for Polinesy, y mucho de su aporte al campo de la silvicultura nativa planificada surge de sus impresiones de este libro, aun cuando sea dificil notarlo bajo la avalancha de datos divertidos respecto al Chile que ella encontró a mediados de la decada del treinta."

ESTE ES UN PRÓLOGO AL LIBRO Conociendo Chile, un libro de viajes tragicomico por Ginebra Morales (1era Edición) en su T-Store. Si desea continuar leyendo por favor acepte con una afirmación el modo de RETRANSMISIÓN.







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